Con la llegada de Internet, la corrección de los escritos del alumnado sigue siendo pesada y necesaria, pero también más compleja y confusa. En línea, podemos corregir con software específico, consultamos diccionarios y traductores automáticos, pero también colaboramos con otros autores o «copiamos y pegamos» de Wikipedia. Los consejos de siempre (corregir para aprender, hablar con el alumnado) continúan siendo válidos, pero debemos hacer nuevas reflexiones.