Introducción
Es innegable que necesitamos aprender a conducir dispositivos móviles. Grandes y pequeños. No sabemos. Nos cuesta mucho autorregularnos y buscar estrategias para controlar su uso, aunque hay herramientas que nos lo ponen muy fácil. Los adultos -ya me perdonaréis- no tenemos conductas ejemplares con los dispositivos móviles. Y dejar que cada centro lo lidere es quedarse corto. Necesitamos un mínimo consenso general en torno a esta cuestión.
Necesitamos un código de circulación claro de los dispositivos móviles en la escuela. Y apostar por un modelo que permita el uso del móvil y cualquier otro dispositivo conectado a Internet desde la formación, la concienciación y el acompañamiento de niños, niñas y adolescentes para que sean capaces de desarrollar los conocimientos, habilidades y actitudes (competencias digitales) necesarias para detectar y prevenir los riesgos, teniendo en cuenta en cada etapa educativa lo que le corresponde.
Como breve ejemplo, las áreas y dimensiones de un primer borrador de lo que podría ser este código de circulación de los dispositivos móviles serían:
Normas Básicas
- Horario permitido: Definir claramente cuándo está permitido el uso de dispositivos móviles.
- Áreas designadas: Identificar las zonas donde el uso de los dispositivos está permitido o no lo está.
- Funciones permitidas: Especificar qué funciones del dispositivo son aceptables en determinadas situaciones.
Seguridad y Privacidad
- Protección de datos: Establecer protocolos para asegurar que los datos personales del alumnado no estén expuestos o comprometidos.
- Uso de cámaras: Restringir el uso de cámaras para asegurar la privacidad de docentes y estudiantes, salvo que sea necesario para una actividad académica aprobada.
Acceso y Disponibilidad
- Dispositivos para todos: Asegurar que existan dispositivos disponibles para el alumnado que no los tenga, de modo que todo el mundo acceda a los recursos digitales.
- Conectividad: Garantizar que todos los alumnos tengan acceso a una conexión a Internet de alta calidad, tanto dentro como fuera del aula, para equilibrar las oportunidades de aprendizaje.
Formación y Apoyo
- Competencias digitales para todos: Ofrecer formación en competencias digitales que sea accesible para todos los alumnos, independientemente de su nivel de destreza tecnológica.
- Apoyo especializado: Apoyar especial a aquel alumnado con necesidades educativas especiales para asegurarse de que también puedan aprovechar las oportunidades digitales.
Contenido y Recursos
- Recursos educativos abiertos: Utilizar y promover recursos educativos abiertos (OER) que sean libres y accesibles para todos los estudiantes.
- Diversidad de contenidos: Asegurar que los materiales digitales reflejen una amplia variedad de perspectivas y experiencias incluyendo diversidad cultural, de género y social.
Participación y Voces
- Participación de los Estudiantes y las Familias: Involucrar al alumnado y sus familias en las decisiones sobre el uso de la tecnología en la escuela, especialmente aquellas que pueden afectar a la equidad.
- Feedback Constante: Establecer mecanismos para obtener constante retroalimentación de todos los grupos de interés, incluyendo aquellos que podrían estar en desventaja, para asegurar que la normativa es equitativa.
Educativas y Pedagógicas
- Aplicaciones Aprobadas: Tener una lista de aplicaciones o plataformas educativas que el alumnado puede utilizar durante el horario escolar.
- Directrices de los Docentes: Proveer directrices claras a los docentes sobre cómo y cuándo integrar los dispositivos móviles en el aula de una manera pedagógicamente eficaz.
Compromiso de las familias
Consentimiento: Obtener el consentimiento de los padres o tutores legales para el uso de los dispositivos en la escuela, con una clara explicación del marco regulativo.
Consecuencias
- Incumplimiento: Establecer un sistema de penalizaciones por incumplimientos, que pueden incluir incautación temporal del dispositivo o restricciones adicionales.
- Revisión y Actualización: Revisar periódicamente la normativa para adaptarla a las nuevas tecnologías y tendencias.
Transitar con los dispositivos móviles en la escuela con un código de circulación
Reducir los centros educativos en espacios libres de móviles o dispositivos digitales no soluciona la raíz del problema, sólo lo traslada al ámbito extraescolar. Con el riesgo que podríamos quedarnos sin el espacio formativo necesario para tratar de forma educativa temas actuales que son de alto riesgo para ellos: desinformación, sesgos de la inteligencia artificial, papel de los “influencers” en las redes sociales,… Y personalmente creo que no hay más riesgo que lo desconocido. Por no hablar del “Far West” digital familiar. Y esto es también un problema. Las familias también están muy perdidas. Y, muchas de ellas, ya han abdicado hacer su rol. Es por ello que esta tarea debe ser completamente transversal teniendo en cuenta a los diferentes agentes implicados de la comunidad educativa:
- En primer lugar, la administración pública educativa, que debe crear estas pautas mínimas de circulación de los dispositivos móviles en la escuela. Y, en este sentido, y consecuentemente debe dotar de más recursos a los centros para desarrollar acciones integrales con alumnado, docentes/PAS y familias en el ámbito de la seguridad, la privacidad y el bienestar digital.
- En segundo lugar, el centro educativo que debe tener clara su estrategia digital de centro y qué papel desempeñan las tecnologías digitales en su proyecto pedagógico. ¿Cuáles son los “momentos” en los que hay que “circular” con tecnología y cuáles son los “momentos” donde habrá que “barrar el paso” en los dispositivos digitales. Ver
- En tercer lugar, los docentes, que debemos conocer cuándo podemos o no implementar en el aula dispositivos digitales que impliquen tratamiento de datos personales del alumnado, por ejemplo. O bien conocer a fondo aquellas evidencias científicas de cuáles son las metodologías didácticas más eficientes que con el apoyo de las tecnologías procuran un mejor aprendizaje al alumnado. O, por último y en definitiva, disponer de un buen nivel de competencia digital docente para saber aplicar cuando sea necesaria la tecnología con criterio pedagógico, fomentando las seis C’s de Michael Fullan del aprendizaje profundo (creatividad, comunicación, colaboración, pensamiento crítico, civismo y carácter). Ver y Ver
- En cuarto lugar, el alumnado, que debe conocer los riesgos y las limitaciones de un mal uso de las tecnologías digitales, así como las ventajas y oportunidades de su uso en diferentes ámbitos de su vida (el aprendizaje, la creatividad, la comunicación, la gestión personal,…).
- En quinto lugar, las familias, que debemos esforzarnos en aprender cómo acompañar a nuestros niños y adolescentes para que puedan desarrollar un proceso gradual, proporcional y adaptado del uso de los dispositivos digitales. Regular y aprender a establecer normas es necesario. Conocer lo que consumen mediáticamente también y, sobre todo, ser ejemplares y promover en familia otras actividades más allá de las pantallas, es esencial. Ver y Ver.
- Y, en sexto lugar, el sector edTech o la industria tecnológica, que debe establecer mecanismos más eficaces para que los menores no puedan saltarse tan alegremente los sistemas de verificación de edad y acceder a contenidos o entornos que todavía no tocan .
En conclusión, necesitamos saber aprender a conducir bien los dispositivos digitales. Y no es sólo una cuestión básicamente instrumental de saber cuatro botones. También nos equivocamos si pensamos esto. Nuestros dedos conducen a menudo a consecuencias más allá de la pantalla. Estos aparatos y dispositivos digitales son amplificadores de un montón de actitudes personales que tenemos ante el hombre, la vida y la sociedad. Y esto es necesario educarlo. Como maestros, nos toca hacerlo. Es nuestra responsabilidad.
Dr. Miquel Àngel Prats, profesor titular de tecnología educativa a la FPCEE Blanquerna (URL). | @maprats | miquelpf@blanquerna.url.edu