La disposición favorable de profesores y alumnos es un requisito ineludible para activar cualquier proyecto de enseñanza-aprendizaje. El primer objetivo con los alumnos «que no quieren» debe ser conseguir una actitud no hostil para aprender. Para dar este importante paso, este capítulo analiza qué hacer, por qué y cómo, proporcionando a la vez diversas técnicas y mecanismos para el aula, pero también centradas en la actitud del profesor y las familias.