Este artículo centra la mirada en una experiencia educativa emprendida con 46 niños de dos grupos-clase de sexto de primaria de un colegio de educación infantil y primaria cuya principal seña de identidad es el carácter intercultural y la falta de habilidades sociales y comunicativas de algunos participantes. La interculturalidad en el centro, y de manera particular en estos grupos, constituye una fuente de riqueza de saber y conocimiento, y por ende, un elemento más de la pluralidad de nuestra realidad social.