Pablo tiene que aprender a controlar esfínteres y sus padres no saben muy bien cómo hacerlo. Preguntan. Alguien les dice que va bien dar algún premio: un caramelo, un bombón. Y así lo hacen. Cada vez que Pablo hace pipí en el orinal, le dan dos lacasitos. Al principio, parece que todo va bien, pero pronto Pablo se pone de mal humor porque quiere más de dos. Un día, sus padres se olvidan de comprarlos. Pablo, al ver que no le dan nada después de hacer pipí en el orinal, reclama sus lacasitos. Cuando le dicen que esta vez no se los van a dar, no atiende a razones y reacciona con una rabieta d…