Las descripciones de los lugares reflejan lo que ven y cómo se sienten los personajes en aquel lugar, y permiten que el lector pueda visualizar mejor la acción. Para ayudar a las criaturas a hacer buenas descripciones conviene que observen bien los detalles, que sean precisos y curiosos, y cuantas más cosas sepan del lugar que quieren describir —su pasado, dónde está o quién lo frecuenta—, mejor.