En aquella mañana soleada de primavera, Ana María estaba archivando noticias de prensa que le llamaban la atención. Había quien coleccionaba sellos, quien chapas de botellas de refrescos. A ella le interesaban algunos hechos curiosos que recogía la prensa. Algunas cosas del mundo todavía la sorprendían, y mantener despierta la capacidad de sorprenderse, de no estar jamás de vuelta de nada, era una de las cualidades que debían adornar a aquellas personas que querían dedicarse a la educación. Ana María era un ejemplo viviente de esta afirmación: de tantos años como había estado…