Todas las personas tenemos capacidades distintas. Este fenómeno se hace especialmente visible cuando atendemos en el aula a un alumno o una alumna con un grado de diferenciación es impactante, como es el caso del estudiante ciego o deficiente visual. Entonces pensamos que deberemos recurrir a la pedagogía diferencial para adaptar adecuadamente la materia curricular a las necesidades especiales de este alumno o alumna, lo que es totalmente cierto, pero no siempre los métodos diferenciales son individuales y específicos. Recordemos que los métodos de María Montessori y de Ovidio Decrol…