Al ser la enseñanza una práctica social, de influencia ideológica y de carácter axiológico, ha estado y está en el punto de mira de todos los poderes. Pero su intervención se ha limitado al control, a dar al profesorado instrucciones, circulares, normas, diligencias, prescripciones, etc., despreciando su identidad profesional, su autonomía y su capacidad para tomar decisiones. Muchas voces que podían comunicar-narrar-relatar tantas experiencias interesantes sobre la enseñanza, sobre la vida interna de las aulas y las escuelas, las vivencias propias y de sus compañeros, los años …