Vivimos un momento de encrucijada para la humanidad. La economía y la política se han construido de espaldas a los procesos que sostienen la vida. La educación puede intensificar las tendencias al colapso o constituir una herramienta básica para virar el rumbo hacia el deterioro social y ecológico. La mirada ecologista y feminista puede ayudar a alumbrar una educación transformadora y comprometida con los valores ecosociales.