En primer lugar, justificaremos los interrogantes con que iniciamos este trabajo, preguntándonos: ¿Existen las bibliotecas escolares aquí y ahora? ¿Son necesarias en el actual sistema escolar?
A la primera pregunta contestamos con un rotundo no, a pesar de que sabemos que hay excepciones, y muy dignas, pero como es sabido, esto no hace sino confirmar la regla.
Para buscar modelos de lo que consideramos que merecen llamarse bibliotecas escolares (esperamos que a lo largo de este artículo quede claro lo que por ellas entendemos), no hay más remedio que remitirse al sistema de estudios ang…