Es necesario transformar el espacio público en un entorno que no esté monopolizado sobre todo por la función de movilidad, y que sirva también de soporte para el juego, el paseo, la reunión, la contemplación, la jardinería, etc. Si bien hoy estas actividades se confinan en lugares bien delimitados, como plazas y parques, la propuesta de este capítulo es extender estas funciones por la globalidad de la trama urbana a través de la redefinición de los espacios de propiedad pública: las calles, centrándose no solo en los aspectos técnicos y de planificación de la movilidad, sino considerando el…