En la actualidad ha cambiado no sólo el objetivo al que se dedica la inteligencia, sino también los instrumentos en los que se apoya y “los materiales” que maneja nuestra capacidad cerebral.
Paradójicamente hemos pasado de tener que ingeniar recursos para aquietar a los menores a unas circunstancias en las que, con frecuencia, hay que invitarlos a no pasar demasiadas horas estáticos. ¡A menudo hay que obligarlos a moverse! De unos menores habituados a las relaciones en un entorno natural y, en general, ocupados en juegos motores hemos llegado a otros, hábiles en el manejo de artefactos…