La tendencia a utilizar un solo método de evaluación para valorar el aprendizaje de los alumnos y las alumnas parece ya historia en la mayoría de los actuales centros escolares. En general, estaríamos de acuerdo en que la evaluación ideal requiere un conjunto de métodos complementarios que abarquen el máximo repertorio de habilidades que ponen en juego los alumnos y alumnas para adquirir la cultura específica que se les presenta en estrecha interrelación con la propia actuación del profesor o profesora. En síntesis y dentro de unos limites razonables obvios, podríamos decir que …