Uno de mis placeres confesables es la lectura. Otro, el cine. Ambas artes tienen un lenguaje que las identifica, que las hermana y que las distancia al mismo tiempo. Se necesitan, pero hay veces que son como aquellas cuñadas que no se soportan y se dedican a ponerse como hoja de perejil.Claro está, estas artes no hacen esto que acabo de decir. Los culpables somos los seres humanos, que vivimos más felices estableciendo diferencias jerárquicas que buscando complementariedades. Olvidamos que las diferencias entre cine y literatura provienen, en buena medida, de las condiciones que les mar…
Contenido solo disponible para suscriptores
Accede a este artículo individual por solo
3€ IVA incluido
Descubre todo nuestro contenido sin límites
Desde 9.9€ IVA incluido
¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión