Una vez identificadas las necesidades de los profesores (para responder a las de los alumnos), es hora de ver cómo un asesor puede darles respuesta. En la primera parte de este capítulo se intenta aclarar qué es lo que un asesor o un formador debería hacer, y cómo pueden llevar a cabo tres tareas en las que deben ayudar, proponiendo dos esquemas de intervención: el primero proporciona criterios para ayudar a detectar y concebir cambios; el segundo, determina qué formación es necesaria, anticipando las experiencias formativas que serían apropiadas para acometer los cambios suscitados conform…