Salimos de las escuelas de pedagogía con muy poca experiencia y con unos aprendizajes cuestionables. Es cierto. Pero también es cierto que hay muchas maestras y muchos maestros jóvenes con entusiasmo, con ganas de aprender y, sobre todo, de hacer bien las cosas.Hay maestros veteranos que nos justifican y nos sobreprotegen. Otros no nos escuchan: les parece que nuestras propuestas son demasiado utópicas y complejas o que suponen mucho trabajo. Y otros nos escuchan y nos dan su opinión con empatía y nos aconsejan, dándonos argumentos basados en su propia experiencia, pero intentando se…
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