Dicen que la identidad se construye con la suma de recuerdo y narración. Nos relatamos nuestra biografía para llegar a saber quiénes somos. Pero construimos esa narración desde el espejo de quienes nos aman y cuidan, y para esas personas amadas. Ser el espejo desde el que mi hijo configura su identidad es el mayor privilegio y también la más rotunda responsabilidad que he asumido en mi vida.