Para comprender bien el sentido de la animación es necesario conocer la historia del concepto, así como los anhelos pedagógicos y sociales de la época en que surgió. La palabra fue asociándose progresivamente a las más diversas actividades sociales, entre ellas a la lectura. La nueva locución se afincó con éxito en las bibliotecas, desde las que migró a las aulas. Tanto los entusiasmos como los recelos que suscitó la animación a la lectura pueden interpretarse mejor si se tienen en cuenta las esperanzas de quienes veían en las nuevas actividades una grata forma de acercar los libros a los c…