Para conseguir la convivencia positiva es necesaria una mirada que permita los cambios, una actitud de compromiso y de optimismo pedagógico. Las competencias para convivir de los alumnos y alumnas les ayudan a relacionarse mejor, con ellos mismos y con los demás, y a conseguir el éxito escolar y social. En esta tarea, el alumnado, los docentes y las familias son un equipo y tienen que colaborar cada uno desde su posición.