Este artículo muestra una experiencia de desarrollo profesional docente que tiene lugar en Chile. En ella se propicia el aprendizaje activo, el trabajo colaborativo y la resolución de problemas en la clase de matemática. En este contexto, se reflexiona sobre la importancia de que los profesores y profesoras modifiquen o ajusten problemas para sus propias aulas, en lugar de tener una batería de buenos problemas.