En la interacción social que implica la lectura de poesía en contextos de enseñanza leemos con los cinco sentidos. Sin embargo, olvidamos la dimensión sensible del acto de leer como una experiencia física y no solo intelectual. Prestar atención sensorial a la vez que reflexiva a nuestros cuerpos y al cuerpo de lo que leemos, puede ser una puerta abierta a imaginar y proponer actos de lectura poética desde perspectivas no habituales.