¿Cómo cuidamos nuestra escuela? Cuidándonos a nosotras mismas, a nuestras niñas y niños, así como a los que llegan, desde el abrazo amable de pertenencia. Ofreciendo una puerta abierta a la participación, la posibilidad de ser y estar en una escuela viva que crea y se recrea, construye y se reconstruye, proyectándose hacia un cambio real, donde lo imposible se torna posible.