En este capítulo se presta atención al hecho de que el sistema educativo organiza el trabajo escolar hasta el umbral del aula, fijando programas, horarios, espacios y asignaciones de enseñantes, y luego deja a estos últimos relativamente libres para organizar el trabajo de sus alumnos y alumnas dentro del marco así impuesto. Avanzar hacia ciclos de aprendizaje plurianuales supone que al profesorado se le conceda una responsabilidad colectiva y una autonomía que le permita organizar el trabajo en varias clases, o incluso eliminar estas para sustituirlas por agrupaciones más móviles, módulos,…