La escuela pública Arenal de Llevant, de Barcelona, a pesar de estar ubicada en un entorno absolutamente urbano y tener un inmenso patio de cemento como espacio exterior, optó por considerar las ciencias y las TAC como eje vertebrador del aprendizaje, con el convencimiento de que hay que poner a los niños y niñas en relación con los elementos naturales de la realidad que configuran el entorno cercano y, al mismo tiempo, con el resto del mundo a través de las nuevas tecnologías.