Del tablero a la pizarra

Tardé algún tiempo en llegar a las aulas tras terminar la carrera. No estaba seguro de si era o no lo mío, pero sí tenía claro que debía estudiar el máster que me permitiese ser profesor de secundaria, aunque no llegara a ejercer nunca; todo ello pese a no haber estado nunca de acuerdo con el tópico de que estudiar Humanidades solo sirve para ser profesor. Yo estudié Historia del Arte porque me gustaba, sin plantearme un futuro laboral necesariamente relacionado con mis estudios universitarios; no me importaba terminar en un museo, en investigación o simplemente tr…