Se presentan tres actividades. En la primera de ellas, a partir de la propia experiencia, se reflexiona en el aula sobre la comunicación oral y los desencuentros comunicativos. En la segunda, el alumnado ha de recoger en un mapa conceptual lo más destacado del movimiento cultural asignado. Por último, a partir del debate acerca de qué aspectos condicionan el éxito o el fracaso de una mesa redonda, se consensua la rúbrica de evaluación.