La realidad socioeducativa que estamos viviendo implica la necesidad de reflexionar sobre las dimensiones espaciotemporales en que se producen los procesos de aprendizaje. Una mirada holística de la educación, según la lógica actual del conocimiento en red, obliga a contemplar una educación a lo largo y ancho de la vida, ampliando ambas dimensiones en la búsqueda de itinerarios formativos personalizados.