Creemos que la educación de los sentidos, base de la estética, no es más que un proceso cognitivo interno provocado por una asimilación perceptiva y sensual de una realidad vivida a través de los sentidos (Read, 1996, p. 33; Collelldemont i Pujadas, 2002, p. 11). De ahí que consideremos la educación estética como una vía esencial (y poco trabajada) para el desarrollo personal y social, y que puede servir como refuerzo de las situaciones de aprendizaje, al proporcionar contextos perceptivamente gratificantes, estimular la creatividad y capacitar para la competencia social (Betancour…
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