El objetivo de este artículo es abordar las implicaciones de la «nueva política» para el sector educativo, defendiendo la importancia de la equidad como eje vertebrador de la misma. Los autores muestran las implicaciones de aplicar el principio de equidad en los tres pilares de la política educativa (regulación, provisión y financiación), y sostienen que esta es la base para garantizar un sistema más justo y en favor del bien común.