En este artículo se expone como idea central la necesidad de un cambio educativo que gire en torno a una educación para la igualdad y el respeto de las diferencias, eliminando el androcentrismo, el eurocentrismo y los prejuicios vinculados a las clases sociales. Para ello, se propone la construcción de una nueva cultura en la que se eliminen los estereotipos y los prejuicios, mucho más abierta y plural, que sitúe en su centro la transmisión de hábitos y valores, no los conocimientos curriculares habituales.