El tratamiento de los conflictos escolares exige programas de convivencia y mediación en los centros, pero también un abordaje integral que trate de ir a las causas que los generan. Esto supone considerar no solo la violencia directa, sino también las violencias de orden estructural y cultural. Cualquier proyecto de coexistencia que pretenda ser eficaz debe salir de los muros de los establecimientos educacionales e implicar a barrios, ciudades y sociedad. De esta forma, la escuela se convertirá en un motor de democratización social y de educación en aquellos valores básicos que sustentan la…