En este capítulo se profundiza en el aprendizaje de la lectoescritura como dos procesos muy relacionados y dos actividades muy complejas que resultan altamente necesarias para acceder a los saberes organizados que forman parte de una cultura. Sitúa al lector en un modelo constructivista que considera la lectura y la escritura que, en situaciones educativas, deben abordarse de manera global para garantizar el significado, siendo así uno de los principales retos educativos. Asimismo, se plantean recomendaciones metodológicas para favorecer el aprendizaje de ambos procesos.
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