La envoltura forma parte del regalo: garantiza el factor sorpresa y también influye significativamente en la vivencia de quien lo recibe. Su impacto visual evoca, transmite, desvela sonrisas… y, si lo hemos elaborado nosotros mismos, haciéndolo original, único y lleno de vida, la experiencia del regalo se vuelve más especial: tanto para el que lo recibe como para el que lo da.