El asma es una enfermedad con una importante predisposición genética que suele comenzar en la infancia. Hay una serie de desencadenantes que inician los síntomas que, una vez identificados, se pueden evitar y controlar. Existen tratamientos efectivos y una gran parte de la población afectada puede vivir libre de síntomas durante largos períodos de tiempo si se controlan correctamente.