La buena expresión oral se considera necesaria para ejercer algunas profesiones, como por ejemplo la abogacía o el periodismo radiofónico, y también para desarrollar algunas actividades relacionadas con responsabilidades políticas o cargos directivos en grandes empresas. La profesión docente debería considerarse de manera similar y, sin duda, los consejos que son útiles para cualquier persona que ha de pronunciar discursos dirigidos a un grupo lo son también para cualquier enseñante.