La instalación sonora o el acto de situar sonido (tecnológicamente hablando) en un lugar son una acción constante y una interrogación permanente en el seno de aquellas prácticas artísticas amparadas bajo el denominado arte sonoro. El acto de ubicar elementos acústicos, electrónicos o electro-acústicos en un espacio dado, forma parte inherente de la práctica artística sonora, y por lo tanto sus formas pueden o deben ser analizadas en consecuencia.