Observemos esta paradoja: si nos contemplamos en un espejo estamos convencidos de ocupar un mundo lleno de volúmenes (tridimensionalidad). Sin embargo, lo que en realidad “vemos” es una imagen plana (bidimensionalidad).
Ciertamente, nos encontramos “embutidos” en un mundo que (en un principio) responde a tres dimensiones: largo, ancho y alto, y, por lo común, trabajamos más profundamente, en el mundo de la educación, dos de estas dimensiones: a través de las líneas y la medición de longitudes, el “largo” (unidimensión); a través de las actividades sobre plano y el cálculo de las su…