El humor en la literatura, en todas sus acepciones –fantástica, autocrítica, rosa, etc.–, ayuda a que los niños y niñas lean las palabras y después se rían al descubrir lo que encierran. Las narraciones humorísticas ayudan a quitar importancia a las cosas serias y nos acercan a las preocupaciones diarias de un modo más amable.