Los juegos son recursos utilizados habitualmente desde la educación infantil hasta la formación de adultos, porque, entre otras cosas, favorecen la desinhibición, permiten romper esquemas previos y relativizan el éxito y el fracaso. En este sentido, el juego es una forma de aprendizaje creativo, una de las actividades del ser humano que abre espacios para la creatividad individual y social. De la infancia a la edad adulta, el juego es un estímulo para la imaginación, pues –como afirmó Bernard Shaw– no dejamos de jugar porque nos hallamos hecho viejos, sino que nos hacemos viejos porque hemo…