Bajo la denominación laboratorios de lectura, las bibliotecas públicas han ideado un nuevo modelo de actividad que busca la complicidad de las familias para vivir experiencias en torno a los libros. Estos laboratorios son un campo de aprendizaje y descubrimiento para los propios bibliotecarios y, al mismo tiempo, constituyen la oportunidad de sacar de las estanterías y poner en circulación libros de gran calidad.