El más largo viaje, la más autobiográfica de las novelas de Forster, se centra sobre todo en la santidad de las relaciones personales, mostrando cómo en último término “la vida interior es rentable”, en irónica contraposición con la ética comercializada del momento.
En una introducción escrita en 1960, E. M. Forster confiesa que, aunque ha resultado ser “la menos popular de sus novelas”, es, sin embargo, “la que se siente más contento de haber escrito”, porque “en ella conseguí acercarme más que nunca a mis preocupaciones centrales o, dicho de otra manera, a ese punto de unión …