Los palacios imperiales no se sustrajeron al entorno en el que fueron levantados. En unos casos, ocupando un espacio urbano secular en un litoral marítimo preeminente (Topkapi). En otros, recluyéndose en un paisaje geográfico intimista, aislado y personal (El Escorial); o tomando distancia para significar un poder dominante (Versalles). También creando una ciudad entera cortesana (San Petersburgo); o instalándose en el entorno urbano preexistente (Buckingham y el de Hofburg en el mismo nivel del plano urbano; Praga y Budapest en puntos elevados sobre el Moldava y el Danubio).
…