He asistido por primera vez a un congreso del MCEP y he podido comprobar que todavía hay educadores que creen en el poder transformador de la escuela. El congreso se organiza en torno a diferentes talleres en los que los asistentes intercambian experiencias llevadas a cabo en sus aulas. Se establece un verdadero trabajo cooperativo entre ellos. Pero, además, el congreso planifica actividades durante toda la semana, día y noche. Es un no parar.