Siempre que aplicamos un adjetivo a un niño hay que tener mucho cuidado de no caer en diversos errores. Uno de ellos es el hecho de etiquetarlo e ir en busca de comportamientos disruptivos u otras problemáticas, de aprendizaje, relacionales, etc., que nos verifiquen la hipótesis mental que tienen muchos educadores de que todos los niños con alguna etiqueta son problemáticos.
Hay que tener presente, también, otro error común: cuando ponemos un adjetivo tendemos a considerar por igual a todos aquellos que lo llevan; sin embargo, la realidad nos dice que entre los niños adoptados hay un…