Ya estamos metidos de lleno en un nuevo curso, en las tareas más o menos habituales de la docencia. Atrás queda un verano en el que un atentado islamista sacudió de nuevo a Occidente. Parece como si, paso a paso, estos atroces atentados fueran convirtiéndose en algo habitual, como lo demuestra que el impacto en la Bolsa sea cada vez menor después de cada uno de ellos (Nueva York, Madrid, Londres). Nos referimos sólo a los producidos en la sociedad occidental, aunque las consecuencias son mucho peores en otras sociedades… pero esto parece algo muy lejano, que no nos sacude directamen…