Asomarse al laberinto
El mundo es un laberinto, no hay quien entienda nada a la primera. Tras siglos de explicaciones mágicas, fáciles de recordar y repetir, poco a poco el uso de la razón nos va dando pistas para orientarnos. Pero, para comprender de verdad cada centímetro de este fabuloso puzzle en que vivimos se requiere esfuerzo, imaginación y observación. La ciencia, como la filosofía o la música, es tarea dura y exigente pero también placentera y hasta apasionante. Así las cosas, los nuevos museos interactivos de ciencia son pequeñas ventanas abiertas, de par en par, al labe…