El hecho de que un centro educativo sea o no intercultural no depende del modelo lingüístico (monolingüe, bilingüe, multilingüe) por el que opta, sino de la relación entre lengua escolar y contexto social, las actitudes lingüísticas de reconocimiento o exclusión y un enfoque comunicativo del aprendizaje de la lengua oficial como L2, por parte del alumnado de familia extranjera.