Parece que la inmediatez, la espectacularidad y la ausencia de análisis reposado que caracterizan a la prensa escrita diaria y a los medios televisivo y radiofónico son una mácula de nuestro tiempo; y querer sustraerse de ellas, una quimera. Lo peor de esta situación, por otra parte inevitable, es que los medios de comunicación conforman la opinión pública y que ésta resulta clave en los países democráticos para cualquier fuerza política o social que aspira a proponer y llevar adelante proyectos de cualquier tipo y, por ende, proyectos educativos.
Acostumbrados, como estamos, al r…