Hemos de procurar que el trabajo en equipo sea auténtico y no se convierta en un simple proceso de colaboración artificial que mantiene la apariencia de trabajo conjunto, pero no aporta sus beneficios. Existen varias formas culturales que no consiguen conformar una auténtica cooperación, pero también la interrelación entre la colegialidad artificial y la obligatoriedad de desarrollar un trabajo conjunto, factores negativos que repercuten en la autenticidad de la colaboración.